dejando la verguenza a un lado
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Al final estas dos hermanas se atrevieron a contar sus experiencias con el que era por aquél entonces su padrastro. No cabe duda de que eran dos zorras, pero llegaron a extremos como por ejemplo aprovechar que el hombre dormía para poder así verle la polla. Ellas se reían, pero sus ganas de ir más lejos pudieron con ellas y hasta le hicieron una mamada. Era de esperar que su padrastro se despertara, y entonces conocieron su furia. Solo que la materializó en forma de sexo, ya que les dijo que se desnudaran y se pusieran las dos a cuatro patas. El cabrón se las iba a follar a las dos hermanas por turnos, y así lo hizo.
En el sofá se las folló a las dos hasta que finalmente esas zorritas sacaron toda su leche con sus bocas. El hombre se quedó mirando mientras las hermanas se besaban, no podía creérselo.